Por dónde estoy, además de aquí / Βρες με 

Mis creaciones (Imago y Scripta) muestran solo algunos de los diversos proyectos que he ido creando a lo largo del tiempo. Es probable que vaya añadiendo cosas. O no, porque todo este tinglado de la internet me aburre sobremanera... Y solo las encontrarás en los enlaces que señalo más abajo, porque no tengo redes sociales. Tuve Twitter, incluso Instagram..., pero un buen día me sorprendí a mí mismo con cierta angustia, teniendo que argumentar, en ciento cuarenta caracteres, con una energúmena de ultra derecha que, además, es catedrática de Ética en una universidad privada, acerca de la conveniencia de aprobar una nueva Ley de Secretos Oficiales, algo que, siendo importante, ni me iba ni me venía. Lo cerré todo. Dejé atrás el cerrilismo y la incultura, las fotos de los filetes que os coméis y de los monumentos o paisajes que nunca veis porque les dais la espalda para haceros una foto de mierda. Elegí comer mis viandas por el placer de hacerlo y viajar sin cámara. Me elegí a mí mismo.

Dice Paul B. Preciado en su Dysphoria Mundi que «el sujeto del tecnopatriarcado ciberautoritario [...] no tiene piel; no solo es intocable, sino que tampoco puede tocar, no tiene manos. No huele. No intercambia bienes físicos, ni toca monedas, paga con tarjeta de crédito. No tiene labios, no tiene lengua. No habla en directo, deja un mensaje de voz. No ser reúne ni se colectiviza. Es radicalmente in-dividuo. No tiene rostro, es una máscara. Su cuerpo orgánico se oculta para poder existir tras una serie indefinida de mediaciones semiotécnicas, una serie de prótesis cibernéticas que le sirven de máscara: la máscara de la dirección de correo electrónico, la máscara de la cuenta de Facebook, la máscara de Instagram, las interfaces de Netflix, de YouTube, de YouPorn. No es un agente físico, sino un consumidor digital, un teleproductor, es un código, un píxel, una cuenta bancaria, una puerta con un nombre, un domicilio al que Amazon puede enviar sus pedidos.» Mi lucha es por la vida buena. Sigo siendo el monstruoso bicho en que se transformó Gregorio Samsa, y todavía no han acabado conmigo.


En Academia.edu: Eduardo Gómez

e-mail: e.gomez.sanchez@hotmail.es